Una vez hubo un cuento que
-vacío de sentido-
se sentó a mi lado y me dijo:
serás mi escritor y yo tu obra.
Un día el cuento se fue y yo
-vacío de sentido-
comprendí el error de haberme creído completo
sólo al darle la misma ilusión a otro.
-vacío de sentido-
se sentó a mi lado y me dijo:
serás mi escritor y yo tu obra.
Un día el cuento se fue y yo
-vacío de sentido-
comprendí el error de haberme creído completo
sólo al darle la misma ilusión a otro.
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