miércoles, 26 de octubre de 2011

Cuando Madre cumplio 40

Madre.

Si me preguntaran que recuerdo de madre tengo, muchos vendrían a mi mente. Recuerdos lindos, feos, felices y tristes. Recuerdos.
Madre es mujer, y que mujer. Madre me tuvo un 22 a los 22, y ninguno de los dos esta tan loco como la sociedad quisiera, pero de eso hablaremos luego.
Madre nació un 16 de Noviembre de 1970. Los signos deben cumplir su rol, y a madre le dieron un armazón y una fuerza tan impactante, tan poderosa, que a veces ataca sin querer queriendo, pero de eso hablaremos luego.
La fuerza que madre adquirió de las estrellas, fue forjada durante su infancia, cuando ser fuerte significaba seguir, cuando sonreír era tan difícil, que simplemente había que hacerlo. Y madre lo hacia. Y a todos les gustaba.
Madre tenia eso, una luz que le caía bien a todo el mundo, conociendo las respuestas que olvidaría, porque sino, el viaje seria aburrido, pero de eso hablaremos luego.
Madre creció en una familia de clase social muy bien acomodada, y madre supo gozar de ciertos privilegios. Pero madre se daría cuenta un día, que su ser, era mas.
Así fue que madre soltó las correas del caballo, soltándose así, de las correas que la ataban a ella misma, y fue en busca del silencio, de la paz, de la búsqueda de ella misma.
Madre tuvo que dejar atrás un mundo, para caer de lleno en la nada, en el espacio de transmutación, donde uno se asusta y vuelve (y simplemente llama a eso “una pequeña crisis”) o cruza el bosque y sale contagiada de sabiduría. Y madre lo cruzo.
Así fue que madre no conocía al Che Guevara, ni a las ecuaciones irracionales. Madre se conocía a ella, conocimiento que no hay en ningún libro, ni en los de Freud.
Madre seria catalogada como loca, pero Charly bien escribió, cuando escribió sobre su futura hija, que la locura es poder ver más allá. Y madre lo hacia.
No obstante, a pesar de lograba ser vista también con buenos ojos por su simplicidad y su necesidad de ser feliz, madre sufrió, y mucho. No todos se quedaron a ver la belleza de madre, y madre lo sufrió mucho. Aun hoy, madre lo sufre mucho.
Madre conoció a mi papa en el club Regatas, donde ambos hacían remo. No fue amor a primera vista, ni tuvo un final feliz, pero se que ambos se amaron y fue amor sincero.
De los primeros pasos del amor, llego mi hermana, cuando madre tenía solo 19 años. Madre supo resistir a los prejuicios y a las ausencias para criar con flores a su primogénita.
Dejando Mendoza y llegando a Mar del Plata, madre me dio a luz, un 22 a los 22 y ninguno de los dos estuvo tan loco como la sociedad quiso.
Fue en Tandil, que madre tuvo a su última hija, Abril, a quien tuvo en el auto, sin llegar al hospital.
Madre demostró que ser una madre, era tarea fácil. Madre nos hacia la ropa, nos preparaba comidas exquisitas, juegos, actividades. Madre enseñaba amor.
Pero madre también enseño que el mundo no era para hombres exclusivamente, y madre enseño como salir a batallar mientras lloraba por una rosa amarilla.
Madre mostró fidelidad, acompaño siempre con una firmeza, que cuando nadie podía mas, madre se cargaba al equipo entero y corría por nosotros.
Pero con madre fueron crueles.
Fue en Olavarria, ciudad del amparo desaparecido, donde a las alas de mama, se les prohibió entrar. Así fue que, terminar su carrera como Antropóloga Social, le costo mucho, pero mama demostró que no necesitaba sus alas para seguir en el cielo, volando, y no cayendo con estilo.
De estos ejemplos hay muchos, cuando madre se cargo los pedazos del jarrón familiar y los unió con cintas rojas para la envidia, hasta que las gotas empezaron a caer con mas fuerza, cuando, en vista de las circunstancias, madre recogió los pedazos que pudo y armo un nuevo jarrón, mas chiquito, mas humilde y lo transformo en lo que es hoy.
Madre ha tenido muchos quibombos en su vida, madre los sigue teniendo, madre los seguirá teniendo. Pero todo el que ha visto, al menos la sombra de madre, sabrá que ella puede, porque su fuerza supera la de cualquiera, porque ella no tiene un hacha o una espada, ella tiene amor. Y el amor también sirve para pelear.
Hoy, la guerrera madre, la dulce madre, la cínica madre, llego a su 4ta década, y solo tengo una bolsa con recuerdos en mi mente. Recuerdos fuertes, todos. Yo se que ella me ama, todavía hoy se que ella me ama, y se que dentro de otros 40 años, me seguirá amando, y yo tendré más recuerdos fuertes y le diré como le digo hoy: Madre, feliz cumpleaños, te amo con todo mí ser.

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