viernes, 6 de diciembre de 2013

Lo que mata es el cómo.

¿¡Cómo que nunca como como debería!?

A mí me sorprende siempre y siempre me sorprenderá la cantidad de personas que no creen en nada después de la muerte y aún así, siguen acá, vivos. No es porque me quiera desayunar mañana que se tiraron todos de las sillas y murieron atropellados por monopatines, no. Pero lo cierto es que solamente nos ponemos tristes por despedir a alguien porque vamos a seguir sabiendo de él, porque va a seguir por ahí, en el barrio, o por ahí, en los recuerdos en sepia y granulado (en efecto avena, por así llamarlo). Si acaso no hay nada después de la vida, ¿qué sentido tiene estar vivo? Y con eso te arruino la posibilidad de pensar en qué sentido tiene ser bueno, ser malo, o lo que quieras ser. Si no hay repercusiones en lo absoluto, pues todos morimos y después de eso no hay nada, entonces qué otra forma de vida puede ser aceptable que no sea la anárquica, la más destructiva de todas las formas y, para nada paradójicamente, la más humana.
Pienso que en realidad todos tenemos un poquito de miedo. No creo que existan muchos realmente ateos, pues eso sería fatal para las artes, y no fatal de qué garrón, se me pinchó la rueda del auto y llego tarde, no, fatal de pum, te moriste, aplastado por una bala. Además, entonces, del innegable miedo, posiblemente la cualidad más humana de todas, pues creo que todo lo que hace el hombre lo hace por miedo, pero de eso te hablo la semana que viene si es que no me da miedo hacerlo, hay otra cosa. Sí, perdón te re confundí, además del innegable miedo hay otra cosa, que es el olvido. Olvido y miedo deben ir bastante de la mano, si estuviesen separadas serían enemigos y se anularían y te quiero ver a vos sin la capacidad de tener miedo o de olvidar. El hombre sobrevive a la idea de morir y de despedirse de las cosas pues se olvida de la idea de morir y de despedirse de las cosas. Saber que va a morir lo puede deducir fácilmente, su bisabuelo murió, su abuelo murió, su padre murió, él morirá. Puede no recordarlo todos los días, de hecho no lo hace, pero cada tanto se acuerda y se toca la teta izquierda para no terminar como la chica que aparece en el noticiero de las 8 (y acá te querés matar, porque no sabés si son las 8 de la mañana o las de la noche, te dejé alta duda que te hace dudar).
Descubrir qué voy a poner acá es bastante obvio y no te hace ningún listo, es decir, es el título de este texto (otro día hablamos de por qué deben ser tan aburridos los textos argumentativos, pero primero te hablo del miedo, si es que no me da miedo hacerlo).
Correcto, lo que mata es el cómo. El qué lo saben todos, ya sabés que vas a morir (y si no lo sabés, perdoná por decírtelo así, tan frío). El cómo vas a hacerlo, eso te liquida, porque capaz que te queda banda, pero tener la certeza de que vas a morir de tal cosa, eso ya te dice, fuiste, cagaste, entrá a portarte mal, total no importa nada. Y ahí es cuando el hombre es más hombre, o todo lo contrario, pues el hombre con las capas que se ha colocado a lo largo de los años ha creado un nuevo hombre y este hombre terminó siendo más hombre que el hombre original (uh, me hiciste acordar, después te hablo de la naturaleza del hombre, pero luego... no, mejor te lo digo ahora).
¿No te pasa que te pasa un auto por adelante y casi te atropella y vos re asustada? A mí creo que nunca me pasó, pero nunca me pasa nada, entonces todo lo imagino y si lo puedo imaginar entonces puede ser real. La cosa es que vos decís, la puta, casi me muero y yo soy muy joven para morir. Eso me indigna, porque a base de qué sos joven. O sea, todo bien con la señora que tiene 122 años y ya como que los amigos no saben qué más regalarle para ser originales, pero lo cierto es que como especie nosotros no deberíamos vivir tanto. Yo tenía 7 años cuando mi padrino me dijo "7 años, ya viviste toda una vida", y la verdad que algo de razón tenía. Capaz 7 como que te cagás de embole porque no hiciste muchas cosas, pero obvio, si vivís hasta los 1000 años vas a vivir muchas cosas más y decir, no, vivir 122 años es una cagada, te perdés de banda de cosas. Lo cierto es que sí, se puede vivir mucho y vivir muchas cosas, pero en un momento dejó de ser algo natural ¿Sabés lo que pasa? Es que al hombre no le da miedo morir, le da por las bolas tener que ir al velorio y ver que todos están llorando y él, que en realidad quería quedarse en casa durmiendo un poco más. Por eso está alargando tanto la vida, como yo alargo el estudio a un final que me va a matar... y ya sé cómo.

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