De los que escriben poemas en el bondi
De los que dibujan corazones en las ventanas
Y de los que se cuelgan mirando alguna nube
Tampoco es para tanto
Si al final, todos caen en la misma
Les resulta tentador esponjarse los cachetes
Y ponerle dos cucharadas más de azúcar a su ser
Además no hay de qué alarmarse
Si soy muy consciente de su libertad
Y de no tenerla ni me fijaría en usted
Pues para mudas, ya están tantas otras
No quiero robarle el encanto
Ni tampoco quiero atarla a ninguna responsabilidad
Sólo son palabras para invitarla a caminar
Por eso le pido, no se altere tanto
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