domingo, 5 de enero de 2014

¿Por qué soy solo?

Siempre me pregunté por qué soy una persona solitaria. No es que el sábado a la noche me hiera en lo más mínimo, pero soy de esos que se preguntan todo y necesitan respuesta a todo. Mi novio se queja constantemente de que jamás salgo de la casa y mis padres se han cansado de pedirme que vaya visitarlos. No es que me molesten las personas, tampoco soy un gran admirador de la raza humana, pero no sé, tengo predisposición a estar solo.
Tampoco es algo de la edad, de hecho desde pequeño que doy indicios de mi naturaleza solitaria. Toda mi vida quise ser filósofo y un filósofo no puede filosofar sino en soledad. Alguno dirá que es necesario sufrir para pensar y seguro tiene razón, pero no quiero detenerme en eso ¿Cómo podría uno descifrar el porqué del alma estando atento a qué figurita te hace falta para completar el álbum y cuál tiene tu compañero de banco? ¿Cómo detenerse en el sentido de las cosas teniendo que sostener interés a lo que les sucede a Carla e Ivan, que hace un mes que se enteraron que van a ser padres y parecen dispuestos a tenerlo? Imposible.
Adherido a la libertad de mis limitaciones, decidí ser escritor, tarea totalmente solitaria. No conozco ningún libro que se pueda leer en óptimas condiciones leyéndole a tu pareja que se recuesta en tu pecho. No. Libro para librarse. Libro para estar solo, con las rodillas tocando los hombros, descalzo y arriba del sillón, releyendo instrucciones para cantar. Y después claro, a escribir. No existe otra forma de escribir que no sea cuando la puerta está cerrada, cuando Juan no tiene ganas de hablarme y sale con los chicos o cuando Mariana se cansa de pelear por el desorden y se encierra en su pieza. Ahí se escribe, cuando en la casa no queda nadie y las palabras, siempre tímidas, se muestran, temerosas a que alguien, siempre yo, las estampe contra una pared blanca con un martillazo lleno de tinta.
Pero eso no alcanzó, porque me hice cineasta. Y ría usted si piensa que ir al cine solo es algo ridículo, pero estará equivocado. Obvio, quizás es lindo ir de la mano hasta la sala, tomarse el 12 hasta el cine favorito, hacerse el galán y pagar las entradas, pero una vez dentro de la sala, es usted y la luz. Usted y Marlon o  Marilyn o Darin, no sé. Pero silencio. Ni vaya a hablar con quien tiene al lado porque arruina la magia. Silencio, que es lo mismo que soledad, o al menos las dos empiezan con la misma letra.
Vaya uno a saber porqué soy solo, frase tan tonta y que espero que pase pronto, que se vaya, que me deje solo de nuevo, porque así tengo tiempo para prepararme para cuando lleguen las sorpresas.
Sí, con ese.

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