sábado, 12 de julio de 2014

Todo lo sentido

La primera vez que lastimé a una persona me quedó grabada para siempre. Usaba un traje con cuadrados azules, blancos y celestes y una corbata con mi nombre. Le critiqué a un compañero un libro, le dije que era poca cosa. A penas tenía cuatro años. No fue la única vez que lastimé a alguien, pues ya expliqué que era la primera. También cuidé a varios amigos y también me enamoré. Comí muchas cosas ricas y canté canciones en todos lados. Hice las cosas medio mal, pero las hice. Aprendí a no apresurarme, pero tampoco a quedarme dormido. Quizás me seguí apresurando, pero así fui yo. Las enseñanzas son todas superficiales. Jamás llegué a entender cómo funcionábamos realmente. Me detuve demasiado en temas innecesarios. No leí suficientes libros. No saqué las canciones que me hubiese gustado. Planté a varias personas. Planté muchos árboles. Escribí un libro. No tuve un hijo. Me lo perdí. Pero escribí un libro. No fui la persona más inteligente que he conocido, pero sí la que más pensó. Y también la que más se apresuró. O quizás no. Besé a algunas mujeres y a algunos varones. Siempre fui heterosexual. Me enamoré muy rápidamente. Quizás nunca entendí el amor. Quizás no si el amor es ir lentamente. Quizás sí si el amor es algo más. Hice todo lo que hice para terminar como terminé. Por eso he sido la persona que más ha pensado en el mundo. Y todo fue una duda. Lastimé a un compañerito del jardín. Lastimé a otras personas. Me lastimé hasta que no quise más. Expliqué todo lo que tenía que explicar en mis cuentos y poemas. Por eso escribí un libro. Para explicarlo todo. Todo lo sentido. Todo lo que siento. Y si no me perdonan, lo siento.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario