jueves, 22 de mayo de 2014

Flores para la Jenny

Me gusta regalarle flores a la Jenny, como que se pone de buen humor. Pobre, está todo el día cuidando a sus hijos y los tiene que llevar a todos lados, así que cuando me sobra alguna moneda, le compro una rosa y se la llevo. Total no están tan caras y esa plata me la terminaría gastando en alguna tontería.
A veces no están las que le gustan a ella y yo me pongo de mal humor. Termino comprándole un chocolate, pero no es lo mismo, se le nota en la cara. A ella le gusta ir caminando con ella en una mano y en la otra los cuatro pibes que tiene. Después, cuando llega a casa cansada, la pone en un vaso con agua hasta lo que dure.
A mí las flores no me gustan, tenés que regarlas, ponerlas al sol y ese tipo de cosas. Lo que me gusta es la iluminación en los ojos de la Jenny. Ella sabe que cada vez que le mando un mensaje para preguntarle si va a pasar por el laburo es porque le acabo de comprar una, pero no le importa, siempre las recibe con mucha alegría y eso justifica cualquier gastada que me hacen los viejos del playón.
Pobre, tantos tipos la han boludeado tanto. Si te digo, cada pibe suyo es de un loco diferente. Por eso no confía en nadie, no es conmigo la cosa, ya me lo ha dicho. Y a mí ni me calientan los enanos, me llevo bien, pero igual, ella prefiere estar sola y bueno, está bien. Mientras me siga sonriendo cada vez que le doy una de sus flores, a mí me basta.

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